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BANDERSNATCH, ¿EL FUTURO DEL CINE?

Resulta curioso que el día 28 de Diciembre, día de los Santos Inocentes, la plataforma de VOD Netflix decidiera estrenar Bandersnatch, una propuesta audiovisual revolucionaria… ¿o no tanto? Tras un primer e incompleto visionado (hacen falta varias horas y mucha paciencia para verla en todas sus ramificaciones), nos adentramos en un análisis del fenómeno Bandersnatch.
¿Qué demonios es BANDERSNATCH?

Si eres uno de los pocos despistados que habitan el planeta que aún no se ha enterado, la definición más sencilla es que se trata de una película interactiva donde el espectador debe ir eligiendo entre distintas acciones del protagonista lo que va modificando el cauce que toma la trama hasta un desenlace distinto para cada espectador según hayan sido sus elecciones. ¿Fascinante, no? En realidad, Bandersnatch es un capitulo independiente de la serie de TV Black Mirror, empeñada en mostrar una visión algo pesimista sobre como la tecnología afecta a nuestras vidas y al mundo actual. Creada por Charlie Brooker en 2011, su primer capítulo emitido ya supuso una revolución en el mundo de la televisión por su atrevimiento argumental donde un primer ministro debía considerar la decisión de salvar a su hija amenazada de muerte por sus secuestradores, atendiendo a sus peticiones que eran las de mantener relaciones sexuales con un cerdo en una emisión en directo por televisión…

A partir de ese controvertido capítulo, muchos fueron los telespectadores que se engancharon a las tramas impactantes del resto de capítulos y de esa forma la serie ha llegado hasta la quinta temporada. Y este 28 de Diciembre de 2018 ha llegado Bandersnatch, un episodio especial a modo de largometraje interactivo que promete marcar una nueva era en la televisión o un punto de inflexión que puede hacerla evolucionar.



¿De qué va BANDERSNATCH?

Ambientada en 1984, la película sigue a un joven programador que comienza a cuestionarse su propia realidad mientras adapta una novela de fantasía a videojuego. El espectador, dependiendo del dispositivo desde que vea la película (en mi caso a través de la aplicación de Netflix con el mando de la Playstation), tras finalizar cada secuencia, deberá en un término de diez segundos escoger entre dos opciones que se le irán planteando y que podrían llegar a cambiar en la misma secuencia en función de las elecciones anteriores. Estas elecciones pueden ser aparentemente insignificantes como elegir entre dos cajas de cereales o entre dos temas musicales para escuchar, pero también decisiones mucho más salvajes como drogarse, suicidarse o asesinar a alguien.



¿El formato de BANDERSNATCH es innovador?

Sí y no. La búsqueda de la interacción con el consumidor es algo que se lleva haciendo desde siempre. Recuerdo que de pequeño ya me fascinaron unas novelas que proponían una lectura interactiva y que también te colocaban en la posición del protagonista, haciéndote escoger entre varias opciones que te llevaban a leer determinadas páginas y saltarte otras, de modo que la historia se construía según tus elecciones. Ese tipo de novelas sigue existiendo y pese a proponer al lector una experiencia más individualizada, eso no ha motivado que desaparezcan las novelas escritas de manera lineal…


La idea de Bandersnatch ya existe desde hace un montón de años en los videojuegos, las llamadas aventuras gráficas te suelen proponer una trama abierta con distintas conclusiones según las decisiones o habilidades del player, algunas te permiten incluso escoger el personaje principal, lo que también modifica el punto de vista de la historia, permitiendo que una vez acabado el juego, puedas volver a empezar, obteniendo una experiencia totalmente distinta y enriquecedora, en muchos casos, bastante cinematográfica con la mejora en los gráficos y la inversión en la calidad del sonido y la banda sonora. El cine y los videojuegos siempre han tenido puntos de conectividad, muchos videojuegos se han adaptado a la ficción en la gran pantalla y viceversa, algunos han contado con actores en simuladores de movimiento para convertirlos en personajes de videojuego, pero este nuevo paso que propone Bandersnatch lo que añade es la jugabilidad existente en los videojuegos al visionado de una película. No hay que olvidar que hoy en día la industria de los videojuegos es igual de potente o aún más que la cinematográfica, así que no es de extrañar que se quiera unificar algunos elementos para atraer el público de un lado u otro.



¿Es necesaria una película como BANDERSNATCH?

En una de las mejores comedias que nos ha regalado el cine contemporáneo, ‘Big’ (Penny Marshall, 1988), la película comienza con el niño protagonista jugando en un PC al "Cavern Of The Evil Wizard", una aventura gráfica donde se le plantea una especie de acertijo: “Estás en la caverna del mago malvado. A tu alrededor hay cadáveres de duendes congelados.”. El joven Josh no sabe cómo acabar con el mago mientras su madre le grita desde fuera del dormitorio que tiene que sacar la basura, su indecisión en el mundo virtual le cuesta que el mago lo congele por millones de años. Con Josh adulto (al menos corporalmente) e interpretado ya por Tom Hanks, vuelve a sentarse frente al ordenador y tras la experiencia vital que le ha hecho madurar como persona en los últimos días, logra responder a la cuestión que le plantea el juego con rapidez y decisión para acabar con el mago. En Bandersnatch también deberás contestar rápido o la película escogerá la opción por ti.


En la propia película de 'Big' se plantea algo aún más transcendente y es que el niño tiene el deseo de hacerse mayor y pide ese deseo en la atracción de feria Zoltar, su deseo será escuchado y a partir de entonces la aventura interactiva la vivirá en primera persona y de forma real que es lo que se lleva intentando desde hace años con la incursión de la realidad virtual en el audiovisual.

El deseo del ser humano de vivir otras vidas, de experimentar cosas que no puede o no se atreve a hacer en su vida cotidiana, es algo que se persigue con ahínco a través del arte, con las nuevas tecnologías están consiguiendo acercarse cada día más. El cine de ciencia-ficción ha tratado el tema en innumerables ocasiones, por ejemplo, en ‘Días Extraños’ (Kathryn Bigelow, 1995), se nos muestra una sociedad enganchada a una tecnología ilegal (SQUID) que permite experimentar como propios los recuerdos y sensaciones grabados por otros, hay gente que los utiliza como diversión, otros como necesidad vital y otros para adentrarse en su lado oscuro, lo que motiva que en el mercado negro se trafique, por ejemplo, con recuerdos de violadores y asesinos para experimentar sus mismas sensaciones sin tener que cometer ni realmente esos delitos ni pagar por ellos. Un cuestionamiento moral potente.

Aún más allá va otra película como ‘Los Sustitutos’ (Jonathan Mostow, 2009), donde se nos presenta una distopía donde las personas tienen “dobles” mecánicos que conservan la juventud, la belleza y la perfección, interactuando en la sociedad a través de ellos mientras las personas reales viven encerradas en sus casas, envejeciendo con sus traumas y miedos. Habría muchos otros ejemplos parecidos, pero no quiero desviarme demasiado del tema porque Bandersnatch no profundiza tanto en dilemas éticos o morales. La cuestión central a la que quiero referirme es la necesidad del ser humano de experimentar sensaciones y de vivirlas en primera persona, sin el riesgo que conlleva hacerlas en la realidad, en la ficción todas nuestras decisiones son retroactivas y si nos equivocamos o no nos gusta el resultado de nuestras acciones, podemos volver a atrás y escoger un rumbo nuevo a nuestro destino (o del personaje).



¿BANDERSNATCH va a cambiar el modo de ver cine?

No lo creo. Es cierto que los nuevos tiempos están afectando al modo que se consume el cine, pero no tanto al cine en sí. Desde la ‘Llegada de un tren a la estación de la Ciotat’ (Hermanos Lumiére, 1895), el cine ha buscado el impacto y provocar sensaciones realistas en el espectador, y ya desde entonces se lo consideraba finito y sin futuro, más parecido a una atracción de feria como Zoltar que un arte en sí mismo. Más de 100 años después, aquí sigue presente en nuestras vidas y siendo parte fundamental en muchas de ellas. Es cierto que han cerrado muchas salas, que la gente cada vez asiste menos, que las nuevas tecnologías han cambiado la forma de verlo, pero también es cierto que las posibilidades de acceso a las películas se ha incrementado y que es ahora cuando se consume más cine que nunca. El cine convencional está condenado a convivir con las nuevas tecnologías, pero ambas experiencias son en esencia distintas. No es lo mismo la liturgia de asistir a una proyección en una sala de cine que ver la película en un Smartphone, por ejemplo.



¿Puede llevarse la interactividad de BANDERSNATCH a las salas de cine?

Puede llevarse y seguro que alguien lo intenta, pero no creo que funcione, al menos a largo plazo. Si estamos de acuerdo que lo atractivo de la propuesta es la interactividad en primera persona, entendiendo que el cine es una experiencia colectiva, nuestras decisiones estarían sujetas a una decisión democrática de la mayoría de espectadores, lo que anularía en muchas ocasiones nuestra propia voluntad y frustraría nuestra capacidad de decisión sobre los acontecimientos. El formato Bandersnatch es para disfrutarlo individualmente y tampoco todas las películas pueden adaptarse a un formato como este, una película de estreno reciente que sí me hubiera gustado disfrutar con este tipo de interactividad es ‘Lo que esconde Silver Lake’ (David Robert Mitchell, 2018), de hecho, creo que hubiera mejorado incluso su resultado final por el propio planeamiento juguetón y referencial del film.   




Todo esto está muy bien, pero ¿vale la pena ver BANDERSNATCH?

Todo depende de si te apetece jugar con esta fórmula interactiva. A mí me tuvo un par de horas frente al televisor bastante enganchado, más que por la historia en sí, por la forma interactiva de contarla, intentando explorar y descubrir las distintas tramas ocultas. Es cierto que al final resulta bastante agotador y hasta cierto punto frustrante, porque el espectador escoge determinadas opciones para lograr un determinado objetivo con el personaje y no siempre entiende porque el camino escogido no le lleva hacia donde quiere. Algo parecido pasa en la vida real…

En el fondo, pese a los distintos caminos de la trama, son los guionistas y el director los que de verdad llevan la batuta de la historia, el espectador no deja de ser un títere que cree estar decidiendo sobre algo ya escrito. La película se convierte ahí en un lugar de reflexión contradictorio y que se retroalimenta, ya que en su argumento el protagonista también busca desesperadamente la libertad de poder decidir sobre su vida y siente que alguien externo mueve los hilos de su destino (nosotros), llegando a vivirse un momento sumamente surrealista (para los que escogieran esa opción), donde el protagonista interactúa con nosotros a través de un ordenador y le tenemos que explicar que somos nosotros los que decidimos sobre su vida a través de una plataforma llamada Netflix que él no sabe lo que es porque vive en los años 80… Un momento antológico, una genialidad.


Conclusiones finales tras ver BANDERSNATCH

Aunque a mucha gente le molesta, una plataforma de televisión como Netflix es la que está revolucionando el mundo del cine y no me refiero sólo por esta película. Netflix ha combatido mejor la piratería que cualquier Ley aprobada sobre la Propiedad Intelectual, ofreciendo contenidos legales de calidad a un precio asequible para cualquier bolsillo. Encima está produciendo películas que no tienen cabida en la mayoría de multisalas de los centros comerciales, este año, un porcentaje bastante respetable de las mejores películas que he visto se han estrenado directamente en alguna plataforma VOD sin estreno previo en salas o muy limitado como ha sucedido en el archiconocido caso de ‘Roma’ (Alfonso Cuarón, 2018), así que no debería verse a estas plataformas televisivas como un enemigo en Festivales donde algunos pitan cuando aparece su logo ni entre los exhibidores cinematográficos, en realidad debería ser un aliado para acercar la necesidad de ver cine a más gente.

Bandersnatch demuestra que con un poquito de inteligencia y ganas se pueden seguir haciendo cosas innovadoras, pese a utilizar fórmulas preexistentes, no en vano, tal y como explican Jordi Balló y Xavier Pérez en su recomendable libro “La semilla inmortal: los argumentos universales en el cine” (1995), todas las historias ya se han contado antes y todos los argumentos de las películas actuales ya fueron relatados en la literatura mitológica, una y otra vez desde entonces vemos, leemos y escuchamos las mismas historias, lo único que nos queda para sentirlas como algo diferente es el modo de contarlas, ya sea por la capacidad autoral del narrador o por el formato innovador utilizado para transmitir esa historia. Bandersnatch lo ha encontrado.

Y ahora, ¿tú qué decides?
¿Vas a jugar con la película de BANDERSNATCH o no?
10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1....

Yo creo que voy a empezar a verla otra vez para ver hasta donde me lleva esta vez....

Escrito por Daniel Farriol


 

¡¡¡ SPOILER ALERT !!!
¿QUÉ CAMINO DE BANDERSNATCH ELIGIRÁS?
(Mapa con todas las posibilidades de elección en la trama)